Los desastres de la guerra
He estado en bastantes oficinas.
Eso quiere decir que he estado en alguna oficina con tecnología del futuro y comodidades increibles. Y he estado en oficinas que estaban con desperfectos, grietas y problemas que deberían ser propios de hace 100 años.
Rizando el rizo, he llegado a estar en alguna que cumplía las dos cosas.
en mi penúltimo trabajo, puede que se llegase al record de problemas inesperados. Hasta el punto de que empecé a fotografiar lo que iba pasando cada día.
1) Dias sin equipos
Había un problema fuerte con los enchufes de la oficina. Así que llegó a ser habitual llegar al trabajo y no funcionar los ordenadores
2) Días sin electricidad
El punto anterior llevado al límite. Se perdía definitivamente la electricidad y dejaba de funcionar TODO.
Un día de descanso en una cafetería no está mal, pero cuando llevas un retraso de 1 semana en un proyecto, hace que te subas por las paredes.
3) Albañiles trabajando
Debería ser lógico que para derribar parte una pared a golpes y luego levantarla desalojaran la oficina, pero no. Así que estuvimos trabajando con un nivel de ruido comparable a un martillo neumático
4) Pintores pintando
Esto fue más fuerte, porque el grado de intoxicación fue bastante alto. Salimos entre mareadillos y colocados. Fue gracioso
5) Caida final
Tras ver algunas goteras y cómo pasaba el agua de los desagües por encima de la cabeza de un par de compañeros, pasó lo que tenía que pasar.
Un día al llegar al trabajo, parte del techo se había caído sobre sus sitios. Por unas horas, no cayó sobre sus cabezas.
Esto por no hablar de los baños repugnantes, el hall asqueroso y sucio, la cafetera que tenía prácticamente vida propia…
Finalmente, me fuí de la oficina y al año acabaron mudándose a un lugar decente.